Covid-19: Fármacos sin respaldo calan hondo en Latinoamérica


Por: Edwin Fragiel
Foto: Pikist.com

 Fármacos como la hidroxicloroquina, la cloroquina y la ivermectina, fueron incluidos en los protocolos de tratamiento para COVID-19 en varios países, a pesar de que la evidencia todavía insuficiente sobre su eficacia. 




     Aún sin un respaldo científico que garantice su eficacia para COVID-19, varios países de América Latina autorizaron, recomendaron e, incluso, compraron masivamente fármacos como la ivermectina, la hidroxicloroquina y la cloroquina, generando falsas esperanzas, problemas de automedicación, desabastecimiento y una fuerte presión para el personal médico que debe decidir si los prescribe o no.




   Con más de un millón de contagiados y 60.000 muertes, la región enfrenta la pandemia con sistemas sanitarios precarizados, agencias de regulación deficientes y una población fuertemente acostumbrada a la automedicación.

      A eso se suma que países como Perú y Bolivia ingresaron en sus guías nacionales contra COVID-19 la ivermectina, un fármaco utilizado en animales y personas con fines antiparasitarios. Su efectividad para detener la replicación del SARS-CoV-2 —virus causante de COVID-19— ha sido probada, hasta ahora, solo en un estudio in vitro y en algunos estudios observacionales cuestionados por varios especialistas.




 Otros fármacos como la hidroxicloroquina y la cloroquina, medicamentos con cerca de 80 años de estudios y uso contra la malaria y enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide, fueron incluidos en los protocolos de tratamiento para COVID-19 en Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Perú y Paraguay, a pesar de que la evidencia, si bien todavía insuficiente, muestra una posible asociación con complicaciones cardiacas...

  El problema del consumo indiscriminado se hace aún más difícil de controlar cuando gobernantes como Jair Bolsonaro (Brasil), Nayib Bukele (El Salvador) o Nicolás Maduro (Venezuela), siguiendo el ejemplo de Donald Trump (EEUU), promuevan públicamente el uso de hidroxicloroquina como medicamento profiláctico para prevenir la enfermedad.

  Para varios médicos que recomiendan el uso de estos medicamentos en redes sociales y medios de comunicación, estos representan una posibilidad de salvar vidas y ofrecer esperanza a miles de personas en medio de la crisis. Para otros, estas decisiones revelan una falta de rigor científico y, sobre todo, la posibilidad de propiciar riesgos aún desconocidos para la población.

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